a luce costante, 2018
teatro olimpico, vicenza
racconto

durante más de veinte años, el conocimiento y la experiencia de mario nanni han seguido una tendencia constante, como una galería interminable de obras, ventanas abiertas y cerradas, destinadas a pensar y hacer artesanías. la luz se filtraba por las ventanas de la logia de arriba, más allá de las gradas. el mármol blanco de los frisos y estatuas sigue el ritmo de la luz rosada y azul del amanecer. la lección comienza por la mañana, cuando la luz natural llega desde el este y las nubes transparentes pintadas en el techo se extienden suavemente sobre el público del teatro, equilibrando los colores oscuros y amenazantes del crepúsculo de las alas en perspectiva detrás de la escena, mirando hacia el oeste. el hábil uso del color, el movimiento, la intensidad y la duración de la luz del alba, que palladio infunde en sus obras, vuelve al 'estudio de la luz natural. parte prima', iniciado por mario nanni hace muchos años. mientras las sombras se demoran entre una columna y otra, el maestro de la luz transmite su arte en el claroscuro de las siete calles de Tebas, en el proscenio del teatro, revelando la luz como aliento de cada lugar, como signo lingüístico, como una síntesis de la visión que todo diseñador tiene de los espacios y los cuerpos. la narración y los pasos del maestro acompañan la belleza. tranquila y fluida, su voz y la luz de los dispositivos híbridos de propulsión iluminan las alas de perspectiva y las estatuas envueltas en velos de luz. los campanarios de luz, apoyados en el escenario pulido por la historia, iluminan el bosque milenario y es como si se reflejaran en los terraplenes de venecia. un puñado de luciérnagas susurran gestos y miradas de personajes arcádicos. flores de papel de colores vibran azul y rojo bajo la luz de micromens y treinta y ocho focos, tiñendo los colores sobrios de las canicas. el ingenioso farol n55, en manos del maestro, anuncia los secretos de la austera perspectiva.